lunes, 30 de abril de 2012

Pese a adversidades sigue vigente la filosofía de Baden Powell

Con emotivo reencuentro arriba 
  a  35 aniversario grupo scout 
               Don   Bosco 24

Con un gran compartir entre los más pequeñitos y los grandes, incluyendo a los padres que asistieron a las instalaciones del liceo San José, se celebró la fecha especial

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. Nostálgico. Así fue el reencuentro de scouts del grupo Don Bosco 24, a propósito del trigésimo quinto aniversario celebrado este sábado en las instalaciones del liceo San José de la capital mirandina, donde se sigue ejerciendo “escultismo del bueno”.

Así lo reconoce Gilberto Alonso, jefe de grupo del Don Bosco 24, quien orgulloso recibió a personas que en algún momento de su vida formaron parte de la gran familia scout y tras retirarse por compromisos laborales, ayer abrieron espacio en su agenda para revivir las experiencias vividas en campamentos.

“Me complace mucho ver rostros que formaron parte de nuestras filas y hoy son profesionales, gente de bien. Este reencuentro evidencia la cantidad de personas buenas que han pasado por aquí; bien sea a nivel de manada, tropa o clan. Estamos hablando de un sinnúmero de ciudadanos que se han formado con nosotros, hay todo un  capital humano que respalda nuestra trayectoria; casos como Ricardo, Wilson, Mónica, Aura y Miguel Monzón, por tan sólo nombrar a algunos.



Filosofía de vida
Alonso señaló que pertenecer a los scouts es vivir toda una filosofía que eleva la calidad de vida, por lo que lamenta que algunas personas se burlen de la labor que ellos hacen, simplemente porque desconocen lo que esconde el uniforme y la pañoleta.

-La gente debe dejar de vernos como cuidadores de niños y tomarnos como formadores de muchachos, porque dentro del escultismo nos regimos por los principios y valores; apoyamos las labores escolares, así como la de los padres.

El entrevistado señaló que incluso han trabajado con jóvenes con problemas de conducta. “Tuvimos el caso de la madre de un chico que no se adaptaba a los grupos y precisamente su psicólogo le recomendó que ingresara a los scouts, donde se le brindó todo el apoyo necesario y ha rendido resultados, porque aquí fortalecemos el trabajo en grupo y la parte familiar”.

Precisamente por esa razón, Gilberto aprovechó la ocasión para exhortar a los padres a involucrarse más en las actividades de sus hijos e invitó a quienes estén interesados en que sus vástagos sean parte del grupo a que asistan al liceo San José, donde se reúnen cada sábado desde las 9 a.m. hasta las 12 del mediodía.



Gran compartir
El reencuentro comenzó en horas de la tarde de este sábado, cuando se realizó un juego de postas en el cual se involucraron los miembros de la manada, tropa y clan, así como los representantes que se sumaron a la actividad, quienes formaron patrullas para protagonizar un gran juego por todas las instalaciones del instituto de educación. Seguidamente degustaron un sancocho elaborado por la tropa femenina y posteriormente se agruparon alrededor de una fogata en el área de piscina para rememorar los viejos tiempos.

En el Movimiento Scout, cada joven aprenderá:
1- A tener capacidad para hacer cosas por difícil que parezcan.

2- A respetar la naturaleza y la religión de los demás.

3-  A tener responsabilidad para con su casa y con su patria.

4- Que la ayuda al prójimo es una práctica diaria.

5- A desarrollarse físicamente en campamentos y excursiones.

6- A sentirse querido y enriquecer su autoestima.

7- A desarrollar y obedecer a su conciencia.

8- A valorar a sus semejantes y valorar la amistad.

9-A luchar por conseguir lo que desea.

10-A ser un buen ciudadano, ser un buen hijo, un buen hermano y sobre todo a ser un hombre y mujer de bien.

miércoles, 25 de abril de 2012

Sepa cómo combatir la celulitis

Bambuterapia:

Técnica que llegó para

integrar la salud del cuerpo y la mente


Pese a que no es un tratamiento muy conocido en Venezuela, quienes han tenido la suerte de probarlo dan fe de sus beneficios para la piel y el moldeado de la silueta

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

 
LOS TEQUES. La silueta perfecta ha sido desde hace mucho tiempo una de las grandes preocupaciones de las féminas venezolanas, quienes con tal de mantener a raya los kilos extras, se someten a extenuantes sesiones de aerobics y máquinas, y sólo comen lechuga, sin sospechar que existen maneras relajantes para verse bellas.

Pese a que parece utópico, no lo es. Se trata de la Bambuterapia, técnica de relajación oriental que busca mantener el vigor y longevidad del ser humano, y que en unas cuantas sesiones, no sólo ofrecerá resultados a nivel de la piel, la cual estimula, drena y descongestiona, sino que además ayuda a moldear el cuerpo, logrando la codiciada figura de reloj de arena.

Así lo aseguró Teresa Guerra, Cosmeátra, quien con 15 años de experiencia en el ramo de la estética facial y corporal, refirió que apenas hace un par de años llegó esta técnica a Venezuela, por lo que es poco conocida, “pese a los múltiples beneficios que ofrece, sobretodo para combatir la odiosa celulitis”, que suele presentarse en abdomen y piernas, y que hace que ir a la playa en el genial bikini que vimos en la vitrina, se convierta en un sueño difícil de alcanzar.

-La terapia con bambú concede muchos beneficios, por cuanto reduce los procesos del deterioro físico del ser humano al estimular la producción de anticuerpos y fortalecer los componentes vitales del cuerpo, como el de la sangre para mejorar la circulación, y su técnica de presión por rozamiento y deslizamiento favorece el drenaje y la regeneración de los tejidos, por ello también es utilizada para combatir la celulitis y remodelar la silueta.

Pese a que algunas féminas pueden sospechar que la utilización del bambú hace daño, la entrevistada, quien es egresada del Instituto “Aidé Rodríguez”, ubicado en la capital de la República y ha realizado cursos de primeros auxilios así como de medicina pre-hospitalaria, es enfática al señalar “que no duele, ni deja hematomas en la piel”.

-Utilizo tallos de diferentes diámetros y longitudes que permitan calibrar la presión de cada encrucijada vascular y de cada relieve del cuerpo, permitiendo dar armonía no solo física al cuerpo sino interiormente al alma. Básicamente, existe un bambú pequeño que es utilizado para la región facial, brazos y entrepierna; mientras que más grandes son utilizados para la región del abdomen y piernas. Igualmente el tamaño y grosor del instrumento a utilizar dependerá de la contextura del cliente.

Guerra explica que la terapia inicia con un baño en aceite de sésamo que elimina los bloqueos energéticos y enseguida se pasa a la bambuterapia con tallos que son desplazados de los pies a la cabeza, empezando por la espalda, como centro de las actividades neuromotoras. Posteriormente, se estimulan con movimientos circulares las zonas que rodean los ganglios linfáticos, que benefician el funcionamiento digestivo para tonificar y reafirmar el cuerpo.

El masaje continúa hacia la cabeza y la cara con tallos más delgados y pequeños que buscan relajar el sistema nervioso central y finalmente se llega a los pies, manos y piernas, con movimientos de rotación, que pretenden disminuir las líneas de expresión presentes en la piel, resultado de preocupaciones, gestos y muecas faciales de malestar interno. La terapia finaliza con la aplicación de toallas tibias, sobre el cuerpo durante diez minutos.

La efectividad de la terapia, según la esteticista consultada, depende de los diámetros diversos que deben tener las cañas de bambú (plantas rústicas originarias de Asia, América, África y Oceanía), su combinación con movimientos suaves y deslizamientos profundos, para que actúen sobre el sistema nervioso y una buena fricción y percusión, que buscan tonificar la piel, los tendones y articulaciones y oxigenar la sangre.

Es una técnica que no tiene ninguna contraindicación y va muy bien con cualquier sistema adelgazante garantizado, además de ser relajante es un magnifico tonificante y moldeador de todo el organismo sobre todo es recomendado para aquellos que gustan del uso máximo de los sentidos para alcanzar sensaciones inimaginables a través del cuerpo. A esta técnica se le suma la “Maderaterapia”, que ofrece similares beneficios a quienes decidan probar esta técnica.

Es importante detallar que para potenciar este tratamiento, los expertos recomiendan acompañar con un plan nutricional y varios tratamientos externos, tales como sauna seco y a vapor, baño escocés, vibroterapia, hidroterapia y una exclusiva técnica de masajes corporales con principios activos.

Cuidado con impostores
Cada día es más común ver locales que exhiben carteles en los cuales ofertan tratamientos “milagrosos” que en pocas sesiones y “sin sacrificios” aseguran acabar con los centímetros de más en cintura, cadera y piernas, sobre los cuales alerta la esteticista consultada, quien advirtió de los riesgos de caer en manos no capacitadas.

-Yo he vivido la experiencia de que personas vienen a hacerse masajes, y tras hacerse un paquete y observar los resultados, deciden montar su puesto, sin considerar que quienes nos dedicamos a esto hemos pasado por años de estudio que incluyen un conocimiento sobre anatomía.

Hematomas y ruptura de la piel, son sólo algunos de los daños que personas inescrupulosas pueden causar al querer incursionar en un área tan delicada como la estética, por lo que aquellas personas que decidan iniciar un tratamiento de belleza, deben acudir a centros especializados y reconocidos por las autoridades competentes, a fin de que no sean estafadas; pues suelen cobrar altas sumas de dinero y no cumplen con la promesa de moldear la figura.

-Esos inescrupulosos básicamente lo que hacen es sobar, evidentemente eso va a dar una sensación placentera a quien acude, pero no va a conseguir lo que busca, que es moldear la figura, por la simple razón de que es gente que no está preparada.

Mucho más cuidado hay que tener con quienes ofrecen la mesoterapia, que son inyecciones, por cuanto puede provocar infecciones que pueden complicarse hasta un punto desde donde es difícil retornar.

Tras supuesta mejoría falleció la tequeña Mirian Rangel


Tragedia de la Panamericana cobra otra víctima llevando lista de fallecidos a 14


 

Hijos de la difunta denuncian que la mujer fue trasladada a la unidad de quemados de Maracaibo, donde perdió la vida. El cuerpo fue trasladado a la capital mirandina 14 horas después del deceso
 
Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

 
LOS TEQUES. Cuando parecía que la pesadilla había acabado, y tras más de un mes de la tragedia del Km 4 de la carretera Panamericana registrada el 29 de diciembre del 2011, una familia se hunde en el desconsuelo, luego de que este martes a las 4 y 40 pm, falleciera Mirian Rangel, de 44 años de edad, una de las infortunadas pasajeras.

“Todo empezó aquel jueves, cuando mi hermana, que estaba con mi mamá en aquella unidad de transporte, nos llamó por teléfono y sólo alcanzó a decirnos que se estaban quemando. Entonces estábamos viendo televisión y supusimos que se trataba de ese accidente”, relató Armando Rodríguez, uno de los 4 hijos de la occisa.

De inmediato se trasladaron al Hospital de Coche, donde le indicaron que su madre no estaba tan grave, mientras que su hermana y padrastro, quienes acompañaban a Mirian a pagar una promesa a la Candelaria, sufrieron quemaduras moderadas en rostro y extremidades superiores.

“Ella fue trasladada al Hospital Universitario, y allí fue evolucionando satisfactoriamente pese a que le diagnosticaron quemaduras de primer y tercer grado en 65% de su anatomía, de hecho, nos hablaba y movía sus extremidades, sin embargo, la gente de Pdvsa decidió trasladarla al hospital de Maracaibo, estado Zulia, alegando que allá había mejores especialistas y tendría los cuidados requeridos para su total mejoría”.

A juicio de José Manuel Rodríguez, otro hijo de la fallecida, en ese instante fue que comenzaron los inconvenientes con Pdvsa, porque no tenían unidades para trasladar a la víctima vía aérea, hasta que finalmente la llevaron a bordo de una aéreo ambulancia. “Se suponía que tenían que responder por el traslado y comida de sus parientes, pero no ocurrió así, y con los medicamentos era otra odisea, la mayoría de las veces los comprábamos nosotros con nuestros propios y limitados recursos, porque cuando ellos aparecían ya era demasiado tarde”.

-Una vez ingresada allá decidieron sedarla alegando que así trataban a ese tipo de pacientes. El Dr. Tulio Chacín, médico a su cargo, decía que estaba evolucionando satisfactoriamente, siempre nos recibía con buenas noticias y esos no tenía optimistas, aunque no podíamos verla. Sin embargo, un día consulté con otro doctor y me dijo que mi mamá estaba en estado crítico, pues una infección en el pulmón amenazaba con afectarle el otro.

El entrevistado, quien tras 18 días se estadía en Maracaibo acompañando a su madre perdió su empleo, confrontó vía telefónica al galeno de apellido Chacín y le dijo cual era el estatus real de su progenitora, “y él insistió en decir que estaba bien. De hecho, dijo que el miércoles le haría un injerto en la pierna derecha, pero poco trato después una doctora de guardia no avisó que había fallecido. Más nunca supimos de su médico tratante”.

En cuanto a la causa de la muerte no está clara aún, pues le dijeron a sus familiares que era producto de un paro respiratorio, pero en el acta de defunción reseña que fue por las “profundas quemaduras”.

Traslado nefasto
Devastados con la noticia, los hijos de Mirian, quien era chef de la “Finca Las Taritas” en Lagunetica, Los Teques, debieron lidiar con Pdvsa, “quienes después de garantizar el traslado aéreo de mi madre, lo hicieron vía terrestre. No conforme con eso, no aparecieron sino 14 horas después de que murió. El cuerpo llegó a la capital mirandina este jueves a las 7 am”.

Recibiendo a familiares, amigos y vecinos al velorio realizado la tarde de ayer en el sector La Galera de Pozo de Rosa y con los preparativos del entierro previsto en el cementerio de San Pedro de los Altos, los hijos de Mirian exigen a las autoridades de Pdvsa una indemnización. “Ella era cabeza de familia, nosotros estudiamos en la universidad y mi hermana quedó muy afectada tanto con el accidente que sufrió como con la pérdida física. Exigimos que los representantes de la empresa responsable den la cara y hagan una mesa de trabajo con las víctimas de la tragedia de la Panamericana”.
 
Familia en desgracia
El 29 de diciembre del 2011 Mirian Rangel iba en compañía de su hija, estudiante del Colegio Universitario de Los Teques (Cultca), su esposo Pablo Rodríguez, quienes sufrieron quemaduras; y su hermana Flor Nancy Rangel (48), quien falleció  calcinada el mismo día del siniestro (era sustento de familia tras quedar viuda y dejó a un universitario de 21 años). “Cuatro miembros de nuestra familia se vieron inmersos en un hecho que no ha sido esclarecido y no puede quedar impune. Exigimos justicia”, sentenció Armando Rodríguez.
 

martes, 24 de abril de 2012

Este domingo se cumple un mes de la partida de “Cantimplora”




“El último lugar donde busqué

a mi esposo fue la morgue”


Mucho dolor y dudas flotando quedan del 29 de diciembre del 2011, cuando 13 familias se enteraron, en vísperas de año nuevo, que un ser querido había muerto en la carretera Panamericana

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. Jamás pensó que una llamada le cambiaría la vida. “Yo estaba trabajando cuando sonó mi celular, era  el colector que acompañaba a mi esposo. En medio del caos, me contó que habían chocado y que el autobús se había incendiado, pero que Jhonny había saltado por la    ventana de la unidad, así que lo buscaría y me avisaría”.

Yoleidy Villa, de 31 años, quedó con el corazón en vilo, pero no encontró a nadie que la pudiera llevar hasta el lugar del siniestro en moto, pues en carro no se podía pasar, debido a que los accesos estaban cerrados por la policía.

“Estaba angustiada, sabía en el fondo que algo estaba mal, pero me aferraba a la esperanza de que estuviera vivo y me decía que tenía que estar malherido en algún rincón”. Horas después Yoleidy logró llegar al kilómetro 4 de la carretera Panamericana, y en compañía de vecinos de la zona, bomberos nacionales, efectivos castrenses y de tránsito, así como amigos, compañeros y familiares, comenzaron la búsqueda por los matorrales.

-Fueron las dos horas más angustiantes de mi vida, llegamos hasta La Rinconada y no hallamos ni rastro de él. Sin embargo, no desistimos y nos fuimos al Hospital de Coche, a donde habían remitido a la mayoría de los quemados, pero tras revisar una y otra vez el listado nos dijeron que no sabían nada de él.

Última opción
Negada a reconocer que lo peor había pasado, Yoleidy no quería ir a la morgue de Bello Monte, pero tras la búsqueda infructífera no tuvo más remedio, y allí conoció la nefasta noticia: Jhonny Elias Adrián Olivares estaba muerto. Según el acta de defunción presentó edema cerebral severo. “Asumimos que al saltar por la ventana cayó mal y se golpeó la cabeza”.

La última vez que la entrevistada vio con vida a su pareja, con quien compartió seis años de relación y a quien cariñosamente llamaba “gordo”, fue a las 3 y 45 am de aquel 29 de diciembre. “Todos los días madrugaba. Ese jueves le tocaba salir desde el Nuevo Circo hacia Los Teques, pero a diferencia del resto de las veces esta vez no llegó, ni llegará jamás a nuestra casa tras culminar la jornada”, dejando huérfanas de padre a dos pequeñas de 3 años 11 meses y de un año y medio, respectivamente.

Pdvsa respondió
A diferencia de otras familias que aún esperan ser indemnizadas, Yoleidy recibió el apoyo de los representantes de Pdvsa, quienes la ubicaron en la morgue capitalina y asumieron todos los gastos velatorios y funerarios. “La Fundación Oro Negro se portó excelente con nosotros, de verdad que no tenemos quejas al respecto. El último adiós se lo dimos en el cementerio monumental”.

-Era un trabajador responsable, excelente padre, buen esposo y amigo. Nos decía que nosotras éramos sus tres mujeres, sus princesas. Este 6 de enero hubiera cumplido 32 años.





Adiós “cantimplora”
Entre sus compañeros de labores era conocido como “Cantimplora” y “Canti”, quienes este domingo, a un mes de su partida física le rendirán honor a través de un par de misas contempladas para las 5 y 5 y 30 pm en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en la capital mirandina.

“Él era cristiano y asistía a una iglesia en San Antonio de los Altos todos los domingos. Tenía dos años en la línea Caracas Los Teques, donde se ganó el cariño y admiración de sus compañeros de trabajo. Hacía lo que le gustaba, pues desde los 14 años se vinculó con ese mundo; primero como colector en Maracay, después en El Nacional, posteriormente en Lagunetica hasta llegar a su último trabajo, donde se sentía muy a gusto. Todos quedamos muy afectados por esta pérdida, que nos hace reflexionar que en el momento y la forma más inesperada, podemos partir de este mundo. Al menos él lo hizo como le gustaba ayudando a la gente, siendo tan solidario que ni su vida le importó con tal de salvar a varios de sus pasajeros”.

Afirmó comisario de Polisalias Pedro Gil:

 

“En 20 años no había visto algo tan

horrible como en la Panamericana”



El uniformado, tras ayudar a cerrar los accesos a la arteria vial que comunica la capital de la República con los Altos Mirandinos, fue al lugar del siniestro, donde entendió la magnitud de lo ocurrido

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

LOS TEQUES. “He acudido a infinidad de siniestros, he visto personas decapitadas, calcinadas e incluso aplastadas, pero nada supera lo presenciado en el kilómetro 4 de la carretera Panamericana”, refiere el comisario Pedro Gil, quien labora en la policía del municipio Los Salias.

Cuando fue a trabajar el jueves 29 de diciembre del 2011, jamás pensó que se vería envuelto en un suceso de tal envergadura. “Estaba en la comandancia cuando recibimos una llamada en la cual nos solicitaban apoyo para cerrar los accesos en la carretera Panamericana, debido a que una gandola aparentemente se había encunetado y había un derrame de combustible en la vía”.

El efectivo, con 20 años de carrera, no dudó en prestar el apoyo, pese a que para el momento del hecho reinaba mucha confusión y se desconocía que era lo que había ocurrido con precisión. Y es que en principio reportaron el hecho como un volcamiento de una gandola; pero minutos después hablaban de una gran explosión, que, según especulaban, había dejado al menos un fallecido y varios lesionados.

Las cadenas por mensajería de texto no se hicieron esperar, y cada vez más personas aseguraban que había más de 10 muertos en el sitio, pero para Gil, esto aún eran habladurías.

Verificado que el paso estuviera cerrado y tras guiar a cientos de conductores para que tomaran vías alternas como La Mariposa, el efectivo policial se trasladó junto a una comisión al lugar del hecho, para ver qué otra ayuda podrían prestar, pese a que ya estaban fuera de su jurisdicción.

“Lo que vi allí fue impresionante; aún los bomberos trabajaban arduamente por sofocar las llamas. Cuando noté que un autobús estaba calcinado comprendí por qué la gente hablaba de varios occisos, y lamentablemente cuando el caos pasó, la cifra se confirmó: trece personas habían pasado a otro plano”.

-Según la información que recabamos en el lugar del siniestro, varios pasajeros retornaban de una peregrinación en La Guaira, estado Vargas. En cuanto a las razones de lo que fue este lamentable evento, creo que siempre serán un misterio, pues nadie puede asegurar  con propiedad que el chofer de la gandola venía a exceso de velocidad o si la unidad que manejaba traía un bote de combustible. Fue el destino que se pronunció.

Arde la carretera
“Ver como la Panamericana ardía en llamas que se propagaron casi un kilómetro, me impactó y conmovió, porque de inmediato fui consciente del dolor que debe haber sufrido la gente que estaba en el autobús. Es una situación de desespero”, relata Gil, quien sólo se siente reconfortado al saber que con el apoyo de Polisalias y demás fuerzas vivas en el sitio, se evitó que más venezolanos se vieran afectados.

-Afortunadamente era un día de asueto navideño y pocas personas se trasladaban por la arteria vial que comunica a la capital de la República con los Altos Mirandinos, y todos actuamos rápida y eficazmente para desviar a los conductores, porque de lo contrario el saldo de víctimas pudo haber sido mayor.

Gil también se siente mejor al recordar cómo vio a vecinos de las orillas de la Panamericana salir de sus casas para ayudar a quienes estaban en estado de shock dentro de sus vehículos, sin saber que hacer ante tal llamarada que amenazaba con arrasar con todo lo que había a su paso. “Hubo solidaridad y salió lo mejor de los bomberos, Protección Civil (PC), cuerpos policiales y Dibise, por nombrar sólo algunos de los funcionarios, que a riesgo propio, acudieron al llamado de auxilio”.


Sin precedentes
En 20 años de carrera policial es mucho lo que ha visto el comisario Pedro Gil, sin embargo, al reflexionar escasos segundos sobre lo ocurrido, no duda en sentenciar que es lo más trágico que ha ocurrido en los Altos Mirandinos. “Esas personas sufrieron una de las peores muertes; tal vez ni sabían lo que ocurría cuando perdieron la vida en medio de las llamas, sin oportunidad de buscar la salvación”.

Las pérdidas se hicieron sentir con más fuerza por la cercanía del año nuevo. “Había pasajeros que venían de otros estados inclusive para celebrar la llegada del 2012 con su familia en Los Teques. Nadie podía imaginar que esto ocurriría. Lo que queda es tomar este hecho como un llamado de atención a conducir con prudencia y tener en cuenta que el día del infortunio puede cruzarse en nuestro camino cuando menos lo pensamos”.

Relato post tragedia en la Panamericana desde óptica periodística



“No sabía si ayudar, entrevistar a los

sobrevivientes o ponerme a llorar”


El Jefe de Información del diario La Región, Daniel Murolo, fue el primero en llegar al lugar del suceso, de donde salió 3 horas después impregnado de un olor que jamás podrá olvidar

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. “Tengo lagunas mentales sobre ese día, supongo que un mecanismo de defensa que activó mi mente tras ver horrendas imágenes que van acompañadas de un olor que definitivamente no olvidaré”. Estas son las primeras palabras que pronuncia Daniel Murolo, Jefe de Información del diario La Región, al interrogarle sobre la cobertura ofrecida a la tragedia de la carretera Panamericana registrada el 29 de diciembre.

A diferencia de otros casos, cuando tras suscitarse un hecho de interés público el comunicador social se acerca a darle cobertura, en esta ocasión Daniel ni se imaginaba lo que pasaría en la Panamericana, arteria vial que ese día estaba atípicamente descongestionada. “Ese jueves me invitaron a participar en un programa radial en Caracas, así que a las 2 pm decidí salir de la oficina en Los Teques. Justo cuando iba por el kilómetro 8, noté que humo negro comenzaba a salir y segundos después se atravesó frente al carro a bordo de una moto un efectivo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB)”.

El uniformado apareció como el portador de la mala noticia, anunciando que una gandola había chocado y que había un derrame de combustible en la vía, por lo cual no podía seguir su rumbo. Sin embargo, Murolo explicó que era periodista y debía ir a ver lo ocurrido, a lo que el castrense le dijo que podría pasar pero a su riesgo.

-Instintivamente llamé a mi mamá para decirle que estaba en la Panamericana; tomé una foto de la candela que se propagaba por la vía para publicarla en Twitter y poco después se me apagó el teléfono. Estacioné el carro detrás de una patrulla y comencé a caminar. Conforme avanzaba en dirección al autobús incendiado, dentro de mí se desataba una guerra entre la adrenalina y el temor.


El dilema
La curiosidad pudo más que el miedo y al llegar vio como una de las víctimas fatales estaba tirada en plena vía pública, “con el rostro desintegrado, mientras un bombero sofocaba las llamas que aún tenía el cuerpo. En ese momento yo no sabía si ayudar a esa persona, entrevistar a los sobrevivientes o ponerme a llorar; fue algo impresionante, sobretodo cuando al voltear me di cuenta que estaba justo al lado del autobús calcinado”.

Sin poder reaccionar y aún parado tras ver la dantesca escena, Murolo oyó como un efectivo bomberil dijo que, al menos dentro de la unidad de transporte, habían trece cadáveres. “Allí me dije, o me alejo de aquí o me derrumbo, y fue cuando comencé a contactar con los conductores que se habían lanzado al monte para salvarse”.

Aunque quería desconectarse, estando en el lugar del suceso era muy difícil, sobretodo cuando el número de fallecidos parecía ascender estrepitosamente. “Yo había visto dos cuerpos en la vía, después hablaron de esos trece del autobús y fue cuando comenzaron las especulaciones de que eran 15 fallecidos. En medio del caos, un efectivo señaló que, en vista de las condiciones de los cadáveres, era necesario que contaran las cabezas, totalizando el saldo trágico: trece vidas pérdidas en cuestión de segundos”.

La tragedia le permitió a Daniel conocer de cerca la labor de los efectivos bomberiles, “quienes incluso sin guantes sacaban los cuerpos carbonizados del autobús; son verdaderos héroes que se desconectan de todo cuando están en medio de su difícil labor; lo cual hay que aplaudir y exaltar”.

Zapatos desintegrados
Pese a que son incontables los sucesos que ha visto a lo largo de trece años de carretera, Daniel Murolo asegura que esta tragedia lo marcó de una manera diferente. “Una semana después de lo ocurrido, ahora que cuento lo que presencié, soy consciente de que bloqueé varias partes de ese episodio; hay brincos en la historia: sé que venía hablando por teléfono cuando vi la cortina de humo en la Panamericana, pero por más que le doy vueltas, no recuerdo con quién”.

El estado de shock hizo que el periodista que durante años cubrió la fuente de Sucesos en un conocido diario de Aragua,  ignorara la advertencia de un bombero. “Caminé por el combustible caliente y las suelas de los zapatos se desintegraron; lo que noté al buscar mi vehículo, que por cierto no recordaba dónde lo había estacionado, por lo que me asusté, pues pensé que me lo habían robado, lo que hubiera sido fácil, pues en medio de la corredera, simplemente lo apagué, pero lo dejé con las luces intermitentes y con los vidrios abajo”.

lunes, 23 de abril de 2012

Relatos que se esconden tras la tragedia de la Panamericana



“Al ver que se llevaban su cuerpo

sólo alcancé a pedirle la bendición”


Según la entrevistada, Pdvsa se comprometió a gestionar ayuda para la madre de la fallecida, así como su hija. “Mi tía era el sustento de su casa en Guárico”

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. “La impresión era tan grande de ver la humanidad de mi tía reducida a esa masa calcinada, que al ver que su cuerpo era trasladado sólo alcancé a pedirle la bendición”, relató aún afligida Daymara Calaca, quien el 2 de enero se enteró que su tía era una de las víctimas fatales del siniestro ocurrido en el kilómetro 4 de la carretera Panamericana el 29 de diciembre. 
   
En medio del caos y el dolor que caracteriza toda pérdida trágica de un ser querido, Daymara, vecina de la calle Guaicaipuro de Los Teques, vio un rayito de luz cuando un hombre identificado con una credencial de Pdvsa, se le acercó en la morgue de Bello Monte para asumir los gastos funerarios.

“Uno está con mil pensamientos en la cabeza, con el sentimiento de pérdida y de paso sabes que debes lidiar con el asunto de la funeraria, pero afortunadamente, tal y como lo habían prometido, el Estado se hizo cargo sin mayor burocracia, ni papeleo, lo que definitivamente se agradece”.

Según la entrevistada, aquel funcionario con carpeta en mano, sólo les solicitó la copia de la cédula de identidad de la occisa, identificada como Dulkis Durelis Medina, así como sus datos. “Nos preguntaron dónde deseábamos que fuera enterrada, así como si deseábamos velarla, aunque por las condiciones en las cuales quedó, y el olor tan fuerte producto de los cuatro días que llevaba en la morgue no era recomendable; así que decidimos que fuera enterrada de inmediato; por lo que lo comunicamos y trasladaron su cuerpo al Hospital Militar y posteriormente a Guárico, donde fue sepultada en horas de la mañana de este martes 3 de enero.

Siendo Dulkis el sustento de su hogar, el cual compartía con su madre, una dama de la tercera edad que está incapacitada y permanece en silla de ruedas; así como su hija de 20 años, estudiante universitaria, Pdvsa está evaluando el caso a propósito de gestionar una ayuda especial para esta familia que quedó desmembrada tras el trágico hecho ocurrido hace una semana.



Terror en los ojos
A sus 18 años, es mucho lo que ha visto Daymara, sobretodo después de visitar la morgue de Bello Monte, donde su tía fue identificada con el número 519. “Después de ver cuerpos apilados como si de pan se tratara, madres rogando porque les devolvieran los cuerpos de sus hijos y patólogos que, acostumbrados a ese caos, tratan a la gente sin ningún tacto, la perspectiva de mi vida cambió”.

-Cuando hacía la fila con mi familia para reconocer el cadáver de mi tía, uno de los patólogos empezó a gritar: “Dónde están los parientes de la 519, la quemada del autobús”, lo cual me dio mucha indignación, pues ella, así esté muerta, tiene un nombre y tiene dolientes que están sensibles ante la pérdida.

Aunque Daymara se contuvo en ese instante, no pudo quedarse callada cuando escuchó cómo otro trabajador de la morgue le respondió a una progenitora que lloraba a su vástago. “Ella decía que se quería llevar a su hijo (muerto) a la casa, y el hombre le respondió: “Señora, su hijo está tirado allá abajo con un poco de tiros”.

-Allí no soporté y le dije que era un abusador, que así como hoy éramos nosotros los que llorábamos a un familiar; mañana podría ser él. No sé si me hizo caso, pero al menos pude desahogarme.

Según la estudiante universitaria, el olor putrefacto hace que los trabajadores de la morgue utilicen mentol debajo de la nariz. “Es indescriptible lo que se vive allí, te lo cuento y se me eriza la piel. El cadáver de mi tía lo tenían envuelto en una especie de plástico”.

Caso cerrado
Con el entierro de los restos de Dulkis Durelis Medina en Guárico, se da fin al dantesco episodio en la vida de Daymara, joven que apenas con mayoría de edad tuvo contacto con una tragedia que, aunque no vivió en carne propia, si la ha marcado por el resto de su existencia.

“Ella vivía en otro estado pero era muy cercana a nosotros en Los Teques, tanto que vino a pasar el año nuevo con nosotros, sin sospechar que ese sería su último viaje. Más de una vez se hizo cargo de mí cuando yo era una niña y mi madre debía salir a trabajar. Hoy, desde otro plano, sólo le pido que nos cuide y que nos eche la bendición”.

Daymara cuenta cómo murió su esperanza tras tragedia en la Panamericana



“Cuatro días después del accidente

me enteré que mi tía estaba muerta”


La entrevistada creía que su pariente estaba herida y recluida en algún centro hospitalario de la capital de la República, pero al visitar la Morgue de Bello Monte se topó con otra realidad

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. “Mi tía perdió la vida y hasta el nombre, porque en la morgue de Bello Monte pasó de ser Dulkis Durelis Medina a 519, número que identificaba su cuerpo carbonizado”, sentencia Daymara Calaca, quien cuatro días después de la tragedia ocurrida en el kilómetro 4 de la carretera Panamericana, se enteró que su tía era una de las occisas.

La fatídica noticia la recibió el 2 de enero, cuando llegaba a su lugar de trabajo y su madre la llamó  por teléfono para avisarle que habían observado un vídeo en el cual se veía a su tía sentada en la unidad de transporte Caracas - Los Teques identificada con el numero 88, la cual fue noticia tras incendiarse el 29 de diciembre pasadas las 2 pm, tras el volcamiento de una gandola de gasolina.

“Empecé a temblar y llorar; pero mi madre para calmarme me dijo que había una mujer herida y otra fallecida, ambas sin identificar, así que teníamos la esperanza de que la lesionada fuera nuestro familiar”.

Sin embargo no fue así, lo que corroboró Daymara al llegar a la morgue capitalina, donde se armó de valor para entrar a reconocer el cuerpo. “En medio del caos que se vive en ese lugar, los olores putrefactos, los patólogos llenos de sangre y los familiares llorando a sus muertos, me arrepentí, y pedí que sólo me mostraran las fotos”.

Lo que en vida fue una mujer de alta estatura, se había reducido “a una masa muy pequeña, totalmente irreconocible. Como las pertenencias también quedaron carbonizadas, el forense procedió a mostrarnos la dentadura y mi otra tía comentó que a Dulkis le habían sacado una muela, hicieron la comparación y descubrieron que sí era ella”.



                               

Celebración opacada
Dulkis Durelis Medina residía en el estado Guárico junto a su madre e hija de 20 años, y el 29 de diciembre del 2011 salió bien temprano de su casa con rumbo a Caracas y posteriormente a Los Teques para reunirse con sus familiares y celebrar el año nuevo.

“La última llamada que hizo fue a su hija, pasadas las 12 del mediodía. Dijo que ya estaba en Caracas, que estaba bien y que iría a tomar el autobús para Los Teques. En la tarde escuchamos la situación en la Panamericana y nos asustamos por lo que comenzamos a llamarla, pero el teléfono salía apagado”.

Visiblemente afectada, Daymara comenta que tenían la esperanza de que, como muchas otras personas, su pariente habría quedado atrapada en la cola. “No obstante, cuando seguían pasando las horas y no sabíamos nada de ella, supimos que algo andaba mal y nos pusimos a investigar hasta dar con el video de la línea de autobuses Caracas - Los Teques, donde acostumbran, como medida de seguridad, grabar a los pasajeros antes de salir la unidad de Plaza Venezuela; lo que nos corroboró que sí iba en el autobús que sufrió el siniestro. Pensamos que estaría herida, pero al  agotar todas las instancias, fuimos a la morgue de Bello Monte y allí nos topamos con la cruel realidad”.

-La última imagen que tenemos de ella es dentro del autobús. Iba con camisa anaranjada, lentes y el cabello recogido; justo dos puestos detrás del chofer. Miró unos segundos la cámara y después desvió la mirada; su última mirada.

Sin escapatoria

Según la entrevistada, vecina de la calle Guaicaipuro de Los Teques, el acta de defunción dice que su tía presentó un golpe en la región craneoencefálica y habría muerto por asfixia, por lo que se presume que en medio del caos, la mujer de cuatro décadas se golpeó en la cabeza, cayó inconsciente quedando sin posibilidad alguna de escapar de las llamas. “Ella fue de las que quedó carbonizada dentro del autobús”, sentencia Daymara, quien con la piel erizada recuerda su odisea que terminó con la esperanza que albergaba de encontrar a su pariente.

“Según nos dijeron sólo quedaba un hombre fallecido por ser identificado este lunes; pero cuando nos íbamos, precisamente venía entrando una familia a reconocerlo”.

Relato de Ángel Ugas, testigo de tragedia en la Panamericana:

“Si el chofer me hubiera hecho caso los pasajeros estuvieran vivos”


El entrevistado intentó cambiar el destino de las víctimas, pero el conductor del autobús, temeroso de ser víctima del hampa, continuó su camino, sin pensar que moriría calcinado junto a otras 12 personas

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. El balcón de su casa le permitió ver todo en primera fila, como si de una película de acción se tratara. Su nombre es Ángel Ugas, residente del sector La Ensenada, quien hace cinco días presenció la tragedia ocurrida en la carretera Panamericana, a su juicio, lo peor visto en los 17 años viviendo en la zona y ofreció en exclusiva su relato al diario La Región.

“Mi hijo y yo vimos justo cuando la gandola impactó contra el cerro y a los pocos segundos comenzó a bajar un río de gasolina por la torrentera. El peligroso líquido corrió hasta toparse con una alcantarilla tapada, por lo que comenzó a expandirse hacia la carretera”.

Ugas, de 57 años, angustiado con lo que veía, inmediatamente bajó de su hogar y se atravesó en la arteria vial que comunica la capital de la República con los Altos Mirandinos, topándose con la unidad de transporte de la línea Caracas - Los Teques identificada con el número 88. Agitando los brazos para llamar la atención, comenzó a gritar que había gasolina en la vía, pero el profesional del volante, Jhonny Oliveros, de 30 años (quien perdió la vida), hizo caso omiso, tal vez por temer ser víctima de un atraco, y siguió su camino.

-Recuerdo que una mujer iba de copiloto y volteó a verme al escuchar que yo decía que había gasolina, pero ya era muy tarde, pues el conductor siguió y apenas el caucho hizo contacto con la gasolina se prendió en candela. El chofer comenzó a retroceder rápidamente, pero el autobús se convirtió en una bola de fuego y en cuestión de segundos ya todos estaban quemados.

Según el entrevistado, 21 personas lograron salvarse tras lanzarse desde las ventanas del transporte al monte, pero otras trece no corrieron con la misma suerte y se calcinaron, incluyendo al chofer, quien en un acto heroico ayudó hasta el último momento a sus pasajeros, quienes se dirigían a la capital del estado Miranda tras abordar la unidad en Plaza Venezuela.


En las casi dos décadas que lleva Ugas haciendo vida en la populosa zona, dice haber visto más de mil accidentes, “pero definitivamente éste ha sido el peor. Sería irresponsable de parte de cualquiera acusar al hombre de la gandola incendiada que iba a exceso de velocidad, pues nadie lo vio, sólo alcanzamos avistarlo mi hijo y yo que éramos los únicos que estábamos asomados para el momento del hecho ocurrido pasadas las 2 pm de este jueves 29 de diciembre, y sin embargo, sólo vimos cuando el vehículo de carga pesada chocó. Esa curva es muy peligrosa”.

Recordando como subió la temperatura en su hogar, Ugas muestra las fotos que con su Blackberry alcanzó a tomar, mostrando los cuerpos calcinados que fueron colocados en plena vía pública, hasta ser removidos y trasladados a la morgue de Bello Monte, donde aún trabajan por la plena identificación de todas y cada una de las víctimas.

-Gracias a Dios los bomberos llegaron rápido y hubo la solidaridad de los vecinos, quienes ayudaron a auxiliar tanto a quienes iban en el autobús, como a quienes se trasladaban en su carro particular y se quedaron en shock al ver como las llamas crecían de manera sorprendente.

A casi una semana de lo ocurrido, quedan las dantescas imágenes grabadas en la mente de Ugas, quien acota que tras la tragedia se vio afectado el tendido eléctrico y las autoridades no se han hecho responsables por los daños. “Afortunadamente las casas ubicadas a orillas de la carretera Panamericana no sufrieron mayores daños, pues sólo se mancharon las fachadas”.

El cerro quemado, la defensa negra y la alcantarilla recuerdan el triste hecho que enlutó a los Altos Mirandinos, mientras queda la reflexión de Ugas: “Si el chofer me hubiera hecho caso los pasajeros estuvieran vivos”.

Bienvenidos a mi blog!!

Ser periodista te da la oportunidad de abordar la más variada gama de temas de interés público, tantos, que he hecho una selección de mis trabajos publicados en mis siete años de ejercicio profesional para compartirlo con quienes sienten la necesidad de estar informados, pero ir un poco más allá de las noticias.

En principio, les traigo los relatos que surgieron a raíz de la lamentable tragedia ocurrida en la carretera Panamericana, arteria vial que comunica los Altos Mirandinos con Caracas; sin embargo, pronto encontrarán reportajes de salud, belleza, turismo, sucesos y algo más.

Finalmente, quiero agradecerle a mi querido amigo Fernando Pinilla (Twitter/@FMPinilla) por ser factor clave para darle vida a este proyecto.