lunes, 18 de junio de 2012

                 Hoy se cumplen 5 años 
                       de la actuación de 
          “El Decapitador de Los Lagos”

Tras un historial de rechazos de diferentes centros psiquiátricos y varios ataques psicóticos que lo llevaron a atacar a un reo y a un policía, este hombre falleció en Maturín

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

 
LOS TEQUES. “Con tan sólo pensar en ese día se me pone la piel de gallina”, comentaron varias personas al recordar que  hoy se cumplen cinco años de la actuación de “El Decapitador de Los Lagos”, quien valiéndose de un par de cuchillos de cocina y tijeras oxidadas le cortó la cabeza a su padre de crianza, un octogenario de nacionalidad cubana.

Todo comenzó la mañana del 18 de junio de 2007 cuando una habitante de la residencia Los Lagos del municipio Guaicaipuro, ubicada  frente al parque Cecilio Acosta de la capital mirandina, notó que en la zona boscosa cercana a la entrada de la urbanización estaba el cuerpo sin vida de una persona mayor en una silla de ruedas.

En principio no reconocieron de quien se trataba, pues estaba cubierto con una sábana y clavado de cabeza, como si hubiera caído por la pronunciada bajada de asfalto, pero se notaba una mano inerte con características de un adulto de la tercera edad. A medida que pasaban los minutos, más personas se iban aglomerando en la zona para lamentar lo que parecía una muerte accidental; no obstante, comenzaron a surgir rumores de que podía tratarse del vecino del piso 1, apartamento 1B, que según trascendió, era golpeado constantemente por su hijo, quien tenía problemas de drogadicción; de hecho, la noche anterior los vecinos escucharon “otra golpiza”, por lo que decidieron notificarlo a los efectivos policiales presentes, quienes custodiaban el área mientras llegaba la comisión de medicatura forense a practicar el levantamiento del cadáver.

Consternación
La consternación se reflejó en los rostros de los encargados del procedimiento, quienes al mover el cadáver se dieron cuenta que el mismo aparte de estar semi desnudo no tenía cabeza, tras lo cual procedieron a retirar a todos los curiosos que se encontraban en las inmediaciones, muchos de los cuales debieron contener las ganas de vomitar al ver el dantesco cuadro.

Una vez afuera, alguien lo reconoció. Efectivamente se trataba del vecino del piso 1, identificado como Luis de la Caridad González Caso, de 83 años de edad, a quien habían atado las piernas a la silla de ruedas con las sábanas ensangrentadas, y según el diagnóstico del médico forense a cargo del procedimiento, lo decapitaron estando con vida. 



Pasada la impresión, se dieron cuenta que la cabeza no aparecía por ningún lado, tras lo cual un grupo de efectivos emprendió el rastreo por toda la zona boscosa mientras que otros, a través de la ventana del baño, ingresaron al apartamento de la víctima (quien lo compartía con su esposa, cuñada e hijo), el cual se encontraba vacío y desordenado.

La región craneoencefálica no apareció sino horas después, cuando el homicida, identificado como Luis Gustavo González Siso, alias “Lucho”, de entonces 37 años de edad, regresó a su hogar con la cabeza dentro de un bolso, el cual lanzó al notar la presencia de los efectivos policiales, quienes de inmediato iniciaron la persecución y le dieron alcance esposándolo y trasladándolo a los calabozos de la subdelegación local del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).

Recorrido
Esta no fue la primera actuación del homicida, pues en el año 1991 asesinó a su novia, Christine Cora Spamer Boces, tras lo cual fue recluido en el hospital de Lídice,  donde permaneció 2 años para posteriormente fugarse y de manera clandestina ser enviado por allegados a Cuba,  donde estuvo bajo tratamiento psiquiátrico por un lapso aproximado de 10 años. 



A su regreso, “Lucho” atacó a un karateca y su familia residenciados en Caracas, tras lo cual, debido a su condición de esquizofrenia activa y el consumo de sustancias estupefacientes, fue llevado a un  centro de rehabilitación en Sebucán, Caracas, de donde tras casi un año de estadía fue dado de alto por supuesta mejoría sin sospechar que meses después asesinaría a su padre.

Posterior a su actuación en Los Teques que le valió el título de “El decapitador de Los Lagos”,  estuvo recluido aproximadamente 5 meses en los calabozs de la comandancia de Poli-Miranda donde intentó ahorcar a un reo, lesionó a uno de los efectivos y casi escapó debido a que las instalaciones y el personal del cuerpo de seguridad regional no estaban capacitados para atender a una persona en estas condiciones, por lo cual constantemente el entonces director, comisario Willmer Flores Trosel, de la mano con representantes de la fiscalía competente procuraba el traslado del peligroso sujeto a un centro especializado.

De donde sí logró evadirse fue del Psiquiátrico de Bárbula en Valencia, estado Carabobo, a donde fue enviado por vez primera tras su detención, siendo atrapado en las inmediaciones de Los Lagos en la capital mirandina, en donde residía y consumó el homicidio de Luis de la Caridad. Luego fue trasladado al Hospital Psiquiátrico de San Francisco de Macaira, estado Guárico,  donde fue rechazado por la directiva que argumentó no contar con personal capacitado para una persona como “Lucho”, quien sufría de esquizofrenia activa  F-20 CIEM; la situación  se  repitió el 28 de junio cuando fue enviado al anexo psiquiátrico de la Penitenciaría General de Venezuela, en San Juan de los Morros, estado Guárico,  donde literalmente le cerraron la puerta en la cara, pues según los encargados ese espacio llevaba años sin funcionar, por lo cual siempre debía regresar a la comandancia de la policía estadal, ubicada en la avenida Bicentenario de la capital mirandina.

En vista de esta situación, la juez a cargo del caso, Nélida Contreras, insistió, y solicitó el traslado al psiquiátrico de Sebucán, en Caracas, el  18 de julio de 2007, de donde fue devuelto a las pocas horas debido a que su director señaló no contar con espacio suficiente ni la estructura adecuada, pese a que allí había estado recluido el personaje.

Finalmente, y tras una serie de intentos fallidos y muchos sustos, pues el hombre aseguraba que le quedaban “3 demonios” por exterminar, “Lucho” fue trasladado bajo fuerte custodia policial y el efecto de fuertes sedantes al Hospital Psiquiátrico “Luis Daniel Beauperthuy,” ubicado en la ciudad de Maturín, estado Monagas, en donde tras escaparse y ser ubicado falleció el 19 de enero de 2010.



viernes, 15 de junio de 2012

Cuento de espanto y brinco

“Enfermera fantasma” hace de las

suyas en pasillos de Corposalud


Quienes aseguran haberla visto, señalan que no se le ve el rostro y que espanta sólo a aquellos que cometen la osadía de retarla, tal y como le sucedió a un vigilante que del susto casi muere

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. “Ya nosotros habíamos escuchado el cuento de que aparecía un espanto pero no lo creíamos, hasta que una noche estábamos reunidos un grupo de vigilantes, y uno de mis compañeros dijo que deseaba que se le apareciera para decirle sus cuatro 4 cosas, y así fue”.
“De repente el hombre se queda con la mirada perdida y comienza a caminar por el largo y sombrío pasillo como en estado hipnótico, y tras unos metros, vio doblar a aquella mujer esbelta y de estatura media hacia una reja que traspasó ante sus propios ojos, imagen que sólo él pudo ver y  que lo impresionó tanto que le dio un patatús”.

Así lo relató un vigilante de la Corporación de Salud del estado Miranda (Corposalud), que funciona en los antiguos espacios del sanatorio Padre Cabrera, en la avenida Víctor Baptista de Los Teques, estado Miranda, en donde eran recluidos los enfermos de tuberculosis y Sida, principalmente.

-El hombre cayó al piso, y todos salimos corriendo, lo levantamos  y lo llevamos a la sala de emergencias del hospital Victorino Santaella Ruiz, en donde el médico que lo atendió le dijo que de bromita y no pasa el páramo de un infarto. Fue tanto el miedo que cogió, que pidió cambio para el nosocomio local, pero estuvo allí un tiempo y luego desapareció. Eso hará cosa de tres meses, poco más o menos.

Máquinas “mágicas”
Según el entrevistado, quien lleva laborando 5 años como  vigilante del referido lugar y prefirió mantener en el anonimato su identidad, a partir de las 11 de la noche comienzan a escucharse las teclas de la máquinas de escribir y las computadoras que están ubicadas en las diferentes oficinas.

-Ese es el anuncio de la llegada de la enfermera, quien aparece a eso de la 1 de la madrugada, y se posa en la entrada, en donde permanece quieta hasta desvanecerse.

Testigo
Otra persona que vivió en carne propia la experiencia, fue Arlenys Mosqueda, cuya unidad habitacional está ubicada dentro del estacionamiento de la corporación, y decidió contar su historia.

-Una noche mi mamá me dijo que me acercara a buscar un vigilante para decirle que estuviera pendiente de cualquier novedad, ya que nuestra casa estaba estropeadita. Resulta que cuando llegué al pasillo, me topé con una dama que vestía pantalón marrón, chaqueta negra, y gorro de enfermera (traje utilizado años atrás por las trabajadoras del sanatorio), y le pregunté por los muchachos, pero no me respondió. Yo le seguía hablando, y ella lo único que hizo fue cubrirse con el cabello largo y negro el rostro, que nunca le llegué a ver. Minutos después, yo sentí un escalofrío y pensé que algo no estaba bien. Ante la incertidumbre me volteé unos segundos en busca de alguien familiar y cuando  regresé la vista sobre ella, se encontraba caminando a varios metros de mí, y desapareció ante una puerta.

En medio de los nervios que la atacaban, Arlenys pensó que aquella mujer extraña y callada había entrado a la habitación, tras lo cual decidió retirarse a su casa, para contarle lo ocurrido a su mamá.

-Al día siguiente me encontré con uno de los cuidadores, y le pregunté qué hacía una mujer de noche en la guardia, y él me respondió que no había ninguna fémina dentro del grupo; tras lo cual, yo porfiada, le aseguré que sí,  que incluso ella se había metido en un cuarto, y a continuación mostré la puerta, pero el señor me dijo que ese espacio estaba clausurado desde hace años, y que era imposible que alguien entrara allí.


¿Suicidio?
María de Mosqueda,  madre de la dama que contó su escalofriante anécdota, refirió que según “dicen por allí”, la “aparición”, era enfermera del antiguo Padre Cabrera, en donde, tras contagiarse de una enfermedad, decidió envenenarse y quitarse la vida.

-La biblia dice que cuando uno muere lo único que queda por allí es el espíritu, así que nos queda su presencia para rato.  Afortunadamente ella no se mete con nadie, simplemente anda deambulando y vagando por allí, como dicen, es un alma en pena que tal vez está esperando saldar algún problema que no pudo resolver en vida; o quien quita que esté protegiéndonos, después de llevar una vida tan tormentosa que la llevó a quitarse la vida.

De que vuelan vuelan
Crean o no en estas situaciones paranormales, muchos son los vigilantes que “por no dejar”, han dejado de bromear con el espanto, “no vaya a ser que terminemos igual o peor que el compañero infartado”. Aunque parezca sorprendente, esta historio no es exclusiva del antiguo Padre Cabrera, pues muchos son los individuos que aseguran que otras profesionales de la salud que ya no están físicamente, continúan sus rondas en las instalaciones del centro asistencial local, así como de algunas clínicas privadas de la zona, las cuales funcionan en casas muy antiguas que guardan secretos de generaciones.