viernes, 14 de septiembre de 2012

Relato de David Viana tras ser víctima de brutal golpiza



 “Mi peor   temor  
 fue no  volver a ser el mismo”



Convertirse en la voz de los miles de usuarios que se quejan de las malas condiciones de la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, le costó algo más que un mal rato al dirigente político juvenil David Viana

Johana Rodríguez
 jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

LOS TEQUES. Un espejo. Eso fue lo primero que pidió David Viana al reaccionar y ver como sus familiares, quienes lo rodeaban en la cama de la clínica, lo miraban horrorizados. Su solicitud no pudo ser cumplida al pie de la letra, pero le tomaron una foto con el Blackberry y así pudo ver su desfigurado rostro.

El labio inferior estaba desprendido en dos partes, la mandíbula volteada y los ojos rojos llenos de sangre. Se habían ensañado con el presidente del comité de usuarios de la autopista Gran Mariscal de Ayacucho (GMA), a quien drogaron para luego propinarle la salvaje golpiza, que en algún momento pensó que no podría contar.

“Lo última imagen que registró mi mente del 23 de abril del 2012 fue cuando tomé el ticket del estacionamiento a eso de las 6 p.m. para ingresar al centro comercial San Ignacio en Caracas; después hay una laguna, que fue cuando me secuestraron y montaron en un vehículo, donde me golpearon para posteriormente dejarme botado por las inmediaciones del parque del Este”, donde tras caminar sin rumbo fijo ubicó a un funcionario policial a quien le pidió ayuda justo antes de desplomarse.

Viana fue “peloteado” de un Centro de Diagnóstico Integral (CDI) al Llanito, y posteriormente ingresado a una clínica, donde fue sometido a una intervención que se prolongó por siete horas, tiempo durante el cual los galenos reconstruyeron el rostro del joven estudiante, quien presentó múltiples fracturas.

“Me colocaron un clavo en el cielo de la boca, reconstruyeron la mandíbula, pusieron placas de platino  en los pómulos y rehicieron mi nariz”, relata David, quien al ver el sufrimiento de su madre y hermana, así como de todos sus amigos y compañeros de clase, se aferró para superar el mal rato.

Pese a lo dolorosa que suena la descripción de lo vivido en quirófano por Viana, señaló que la droga que le suministraron los antisociales, denominada Escapolamina, mejor conocida como Burundanga, aunado a los calmantes que recibió tanto en el CDI, como en El Llanito, hicieron que en ningún momento sintiera dolor y fuera más llevadero el desagradable episodio.

Aún con las huella en su rostro que no lo dejan olvidar lo sufrido, David señala que “me inspira mi trabajo y creo que tengo un propósito que cumplir en esta vida. No tengo ni idea de quiénes fueron ni por qué lo hicieron, pues no se llevaron la camioneta, lo único que robaron fue mi reloj, cartera y teléfono, desde donde se metieron a la cuenta de Twitter de la GMA; pero si lo que querían era callarme, no lo harán, pues no soy de quienes se detienen ante los obstáculos”.

Aparte de los estragos físicos, causaron emocionales. “Mi peor temor fue no volver a ser el mismo. Físicamente me recupero; en lo personal me dejó una enseñanza y ando más alerta y pendiente de quién se me acerca en un país donde se vive al filo de la muerte”.

La frase
“La desgracia me permitió ver cuánta gente bonita se preocupa por mí; hasta me convirtieron en Trending Topics en Twitter”

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