lunes, 11 de marzo de 2013

Exdefensora del pueblo de Miranda, Raiza Bastardo, relata anécdotas junto al comandante:

 

“Lo vi llorar y enfadar pero
sobretodo ayudar al pobre”

 

 

“Nadie sabe cómo puede reaccionar un pueblo que está sumido en el dolor, así que dejen quieto lo que quieto está”, advirtió la entrevistada a los líderes de la oposición.

 

Johana Rodríguez

jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl 

 

LOS TEQUES. Un restaurante de Río Chico fue el escenario donde la exdefensora del pueblo del estado Miranda, Raiza Bastardo, recibió la llamada de su esposo con la frase que le cambiaría la vida: “Chávez se murió”.

Recuerda la mujer su propio grito luego de dejar caer al suelo el celular, tras lo cual se acercó al televisor del local y cambió de canal sintonizando VTV, donde se podía ver al vicepresidente de la República, Nicolás Maduro, anunciando la noticia. 

“Todo el mundo entendió entonces mi reacción y la compartió; muchos lloraron y otros más gritaron. En pocos minutos todo el mundo se retiró y el pueblo quedó desolado. Algunas personas como hice yo se fueron a la plaza Bolívar de la localidad”.

El hecho no ha dejado de dar vueltas en la cabeza de Bastardo no sólo por ser chavista declarada sino porque compartió un año de su vida laboral junto a Hugo Rafael Chávez Frías, “con quien viví muchos momentos que hoy por las circunstancias puedo revelar para que la gente conozca su lado más humano”.

La primera vez

La profesional del derecho llegó en 2002 a Miraflores siendo parte del equipo entonces llamado Dirección de Asuntos Presidenciales. Por sus manos pasaban todas las cartas que eran enviadas al primer mandatario nacional, las cuales leía para subrayar lo más importante y canalizaba con los ministros pertinentes. “La idea es que diéramos respuesta a todas esas peticiones”.

Tras varios días ejerciendo funciones Raiza se encontraba en el comedor de los oficiales del palacio presidencial cuando se abrió la puerta y vio por primera vez en persona a Chávez. “Solo mirarlo te inspiraba respeto. Recuerdo vívidamente que temblé de miedo y me quedé sin habla”. Sin embargo, esa rigidez poco a poco fue quedando de lado. “Un día entró en uno de los salones y dijo ´antes de dar las noticias del día quiero presentarles al próximo gobernador del estado Miranda, Diosdado Cabello´”.

-Yo siempre locuaz y más en confianza, dije ´jefe yo soy de Miranda´, a lo que él replicó ´que bueno negra´ y le dijo a Diosdado que me llevara a trabajar con él y precisamente tras mi salida del despacho un año después fui a hacer campaña por Cabello. 

En otra ocasión la descubrió fumando en un patio de Miraflores. “Salí durante la madrugada a espabilarme y él salió de la nada y me dijo “ajá te estás chicoteando; eso es malo”, a lo que yo apenada respondí “sí jefe tiene razón, eso es malo”, tras lo cual sonrió , sacó un cigarrillo y fumó conmigo.

Largas jornadas

Los días de Hugo Rafael Chávez Frías y su equipo más cercano eran más largos que los de cualquier mortal. “Yo llegaba a las 9:00 a.m. a la oficina y retornaba a mi casa entre las 4:00 y 5:00 a.m. para dormir escasas tres horas diarias”.

 -El comandante era incansable y a esa hora que yo me iba él estaba de pie, ejercitándose, reunido con los ministros o haciendo las dos cosas simultáneamente, porque giraba instrucciones mientras caminaba o se estiraba.

Relata quien fuera prefecta de Guaicaipuro que a Chávez también le gustaba mucho el consomé “y más de una vez se asomó a la oficina a decir que nos dieran sopa para que no nos durmiéramos; incluso a veces nos ofrecía, pasadas las 11:00 p.m. helado que le mandaba el entonces presidente de Cuba, Fidel Castro; de vez en cuando teníamos que negarnos porque tuvo unos días con sobrepeso y no podía estar comiendo esas cosas a esas horas, pero cual muchachito siempre encontraba las tortas que le escondíamos”.

Pero a la exdefensora del pueblo también le tocó correr “porque cuando hacía el Aló Presidente desde algún salón de Miraflores de repente se le ocurría pedir material de apoyo que no estaba incluido y nos tocaba aparecerlo a como diera lugar; más de una vez se rió porque sabía lo que pasábamos tras cámaras”.

Multiplíquense

En 365 días compartiendo funciones con el “líder de la revolución”, Raiza tuvo ocasión de “verlo llorar, enfadar, pero sobretodo ayudar al pobre y precisamente por eso es que me siento tan orgullosa de haber estado a su lado, con él aprendí que yo lo tengo todo y debo tender mi mano al que nada tiene”. 

-Chávez fue tan sabio que dejó un último lineamiento y el pueblo lo acató: nos multiplicamos. Han sido impresionantes las muestras de cariño no sólo de su propio pueblo sino del mundo entero. Es la primera vez que tantos líderes internacionales se congregan para un acto funerario.

A juicio de la entrevistada, Chávez era un líder natural. “No hacía falta que gritara para que sus órdenes se siguieran; sólo una mirada era suficiente; además era cercano a sus trabajadores y por eso es que su semilla ha sido germinada en nuestros corazones”.

Feminista

Quien fuera también directora del Instituto Nacional de Orientación Femenina (INOF) y a propósito de la celebración ayer del Día Internacional de la Mujer, refirió que “Chávez era un feminista y por eso emprendió varias misiones incluyentes de este género y señaló que la revolución tenía ojos de mujer”. 

Finalmente, Raiza refirió que en “las elecciones sean en un mes o un año, el pueblo respaldará a Nicolás Maduro, quien debe tener la sabiduría para dar seguimiento a todo lo emprendido por Chávez, quien murió físicamente pero no en nuestros corazones”. 

-La tristeza que nos embarga es muy fuerte, nadie sabe cómo puede reaccionar un pueblo que está sumido en el dolor, así que dejen quieto lo que quieto está.

 

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