viernes, 15 de junio de 2012

Cuento de espanto y brinco

“Enfermera fantasma” hace de las

suyas en pasillos de Corposalud


Quienes aseguran haberla visto, señalan que no se le ve el rostro y que espanta sólo a aquellos que cometen la osadía de retarla, tal y como le sucedió a un vigilante que del susto casi muere

Johana Rodríguez
jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl


LOS TEQUES. “Ya nosotros habíamos escuchado el cuento de que aparecía un espanto pero no lo creíamos, hasta que una noche estábamos reunidos un grupo de vigilantes, y uno de mis compañeros dijo que deseaba que se le apareciera para decirle sus cuatro 4 cosas, y así fue”.
“De repente el hombre se queda con la mirada perdida y comienza a caminar por el largo y sombrío pasillo como en estado hipnótico, y tras unos metros, vio doblar a aquella mujer esbelta y de estatura media hacia una reja que traspasó ante sus propios ojos, imagen que sólo él pudo ver y  que lo impresionó tanto que le dio un patatús”.

Así lo relató un vigilante de la Corporación de Salud del estado Miranda (Corposalud), que funciona en los antiguos espacios del sanatorio Padre Cabrera, en la avenida Víctor Baptista de Los Teques, estado Miranda, en donde eran recluidos los enfermos de tuberculosis y Sida, principalmente.

-El hombre cayó al piso, y todos salimos corriendo, lo levantamos  y lo llevamos a la sala de emergencias del hospital Victorino Santaella Ruiz, en donde el médico que lo atendió le dijo que de bromita y no pasa el páramo de un infarto. Fue tanto el miedo que cogió, que pidió cambio para el nosocomio local, pero estuvo allí un tiempo y luego desapareció. Eso hará cosa de tres meses, poco más o menos.

Máquinas “mágicas”
Según el entrevistado, quien lleva laborando 5 años como  vigilante del referido lugar y prefirió mantener en el anonimato su identidad, a partir de las 11 de la noche comienzan a escucharse las teclas de la máquinas de escribir y las computadoras que están ubicadas en las diferentes oficinas.

-Ese es el anuncio de la llegada de la enfermera, quien aparece a eso de la 1 de la madrugada, y se posa en la entrada, en donde permanece quieta hasta desvanecerse.

Testigo
Otra persona que vivió en carne propia la experiencia, fue Arlenys Mosqueda, cuya unidad habitacional está ubicada dentro del estacionamiento de la corporación, y decidió contar su historia.

-Una noche mi mamá me dijo que me acercara a buscar un vigilante para decirle que estuviera pendiente de cualquier novedad, ya que nuestra casa estaba estropeadita. Resulta que cuando llegué al pasillo, me topé con una dama que vestía pantalón marrón, chaqueta negra, y gorro de enfermera (traje utilizado años atrás por las trabajadoras del sanatorio), y le pregunté por los muchachos, pero no me respondió. Yo le seguía hablando, y ella lo único que hizo fue cubrirse con el cabello largo y negro el rostro, que nunca le llegué a ver. Minutos después, yo sentí un escalofrío y pensé que algo no estaba bien. Ante la incertidumbre me volteé unos segundos en busca de alguien familiar y cuando  regresé la vista sobre ella, se encontraba caminando a varios metros de mí, y desapareció ante una puerta.

En medio de los nervios que la atacaban, Arlenys pensó que aquella mujer extraña y callada había entrado a la habitación, tras lo cual decidió retirarse a su casa, para contarle lo ocurrido a su mamá.

-Al día siguiente me encontré con uno de los cuidadores, y le pregunté qué hacía una mujer de noche en la guardia, y él me respondió que no había ninguna fémina dentro del grupo; tras lo cual, yo porfiada, le aseguré que sí,  que incluso ella se había metido en un cuarto, y a continuación mostré la puerta, pero el señor me dijo que ese espacio estaba clausurado desde hace años, y que era imposible que alguien entrara allí.


¿Suicidio?
María de Mosqueda,  madre de la dama que contó su escalofriante anécdota, refirió que según “dicen por allí”, la “aparición”, era enfermera del antiguo Padre Cabrera, en donde, tras contagiarse de una enfermedad, decidió envenenarse y quitarse la vida.

-La biblia dice que cuando uno muere lo único que queda por allí es el espíritu, así que nos queda su presencia para rato.  Afortunadamente ella no se mete con nadie, simplemente anda deambulando y vagando por allí, como dicen, es un alma en pena que tal vez está esperando saldar algún problema que no pudo resolver en vida; o quien quita que esté protegiéndonos, después de llevar una vida tan tormentosa que la llevó a quitarse la vida.

De que vuelan vuelan
Crean o no en estas situaciones paranormales, muchos son los vigilantes que “por no dejar”, han dejado de bromear con el espanto, “no vaya a ser que terminemos igual o peor que el compañero infartado”. Aunque parezca sorprendente, esta historio no es exclusiva del antiguo Padre Cabrera, pues muchos son los individuos que aseguran que otras profesionales de la salud que ya no están físicamente, continúan sus rondas en las instalaciones del centro asistencial local, así como de algunas clínicas privadas de la zona, las cuales funcionan en casas muy antiguas que guardan secretos de generaciones.

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